Leyendo un día un libro, de repente,
hallé un ejemplo de melancolía,
un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente.
Puede ser que mirando la corriente,
su sed fuera más triste todavía,
aunque acaso aquel hombre no bebía,
por no enturbiar el agua transparente.
Y no sé más. No sé si fue un castigo,
y no recuerdo su final tampoco,
aunque quizás lo aprenderé contigo.
Yo enamorado, soñador y loco,
que me muero de sed y no lo digo,
que estoy junto a la fuente y no la toco.
hallé un ejemplo de melancolía,
un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente.
Puede ser que mirando la corriente,
su sed fuera más triste todavía,
aunque acaso aquel hombre no bebía,
por no enturbiar el agua transparente.
Y no sé más. No sé si fue un castigo,
y no recuerdo su final tampoco,
aunque quizás lo aprenderé contigo.
Yo enamorado, soñador y loco,
que me muero de sed y no lo digo,
que estoy junto a la fuente y no la toco.
Autor: José Angel Buesa
2 comentarios:
Muy lindo!!
MmmmmmmMmmm
Eso me pasó los otros días teniendo a Mo de frente, con ganas de besarlo, pero lo dejé en el pleno deseo de la mente y los labios...
MMMMMMMMMMMMMMmmm mensa fui.
Buesa me mataaaaaaaa!
Un abrazo!
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